Cuarto canto
La Amada5:2 Yo duermo, pero mi corazón vela:
oigo a mi amado que golpea.
"¡Ábreme, hermana mía, mi amada,
paloma mía, mi preciosa!
Porque mi cabeza está empapada por el rocío
y mi cabellera por la humedad de la noche".
5:3 "Ya me quité la túnica,
¿cómo voy a ponérmela de nuevo?
Ya me lavé los pies,
¿cómo voy a ensuciármelos?"
5:4 Mi amado pasó la mano
por la abertura de la puerta,
y se estremecieron mis entrañas.
5:5 Me levanté para abrirle a mi amado,
y mis manos destilaron mirra,
fluyó mirra de mis dedos,
por el pasador de la cerradura.
5:6 Yo misma le abrí a mi amado,
pero él ya había desaparecido.
¡El alma se me fue detrás de él!
¡Lo busqué, y no lo encontré,
lo llamé y no me respondió!
5:7 Me encontraron los centinelas
que hacen la ronda en la ciudad;
los guardias de las murallas
me golpearon y me hirieron,
me arrancaron el manto.
5:8 Júrenme, hijas de Jerusalén,
que si encuentran a mi amado,
le dirán... ¿qué le dirán?
Que estoy enferma de amor.
oigo a mi amado que golpea.
"¡Ábreme, hermana mía, mi amada,
paloma mía, mi preciosa!
Porque mi cabeza está empapada por el rocío
y mi cabellera por la humedad de la noche".
5:3 "Ya me quité la túnica,
¿cómo voy a ponérmela de nuevo?
Ya me lavé los pies,
¿cómo voy a ensuciármelos?"
5:4 Mi amado pasó la mano
por la abertura de la puerta,
y se estremecieron mis entrañas.
5:5 Me levanté para abrirle a mi amado,
y mis manos destilaron mirra,
fluyó mirra de mis dedos,
por el pasador de la cerradura.
5:6 Yo misma le abrí a mi amado,
pero él ya había desaparecido.
¡El alma se me fue detrás de él!
¡Lo busqué, y no lo encontré,
lo llamé y no me respondió!
5:7 Me encontraron los centinelas
que hacen la ronda en la ciudad;
los guardias de las murallas
me golpearon y me hirieron,
me arrancaron el manto.
5:8 Júrenme, hijas de Jerusalén,
que si encuentran a mi amado,
le dirán... ¿qué le dirán?
Que estoy enferma de amor.
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